Hay en el mercado varios tipos de
frontales, cada uno con unas características y unos pesos diferentes,
pero no los vamos a nombrar en este post.
En esta entrada aprenderemos a como
tener un mínimo de mantenimiento de nuestro frontal. En nuestras
varias salidas al monte hemos aprendido que si hay algo que no
debemos dejar nunca en casa es una luz. Hay que tener en cuenta que
nos pueden pasar mil y una cosas en nuestras aventuras montañeras.
Es de lo más normal que te caiga la noche por haber calculado mal la
hora, o puede que te hayas retardado porque te has quedado probando
una última vez ese proyecto que tanto te cuesta encadenar, si eres
un poco cuevero puede que te guste investigar por ahí y descubrir
alguna cavidad que veas.
Razones hay miles para llevar siempre
una luz encima, no sé a vosotros, pero a nosotros siempre nos pasa
que cuando nadie lleva luz y cae la noche todo el mundo se nos pega
como garrapatas y todos echan de menos su frontal.
Muy a menudo pasa que queremos comprar
focos de estadio que luego no vamos a sacar de casa por que valen un
riñón y medio y tememos que se nos rompa o pesan demasiado y los
dejamos en casa por que terminamos con lumbalgia o tortículis de lo
que pesan esos aparatos sobre nuestra cabeza.
Si no
vas hacer alta montaña, Running o MTB, actividades en las que
necesitas un mayor campo de visión, que como por ejemplo la escalada deportiva o el senderismo, no necesitas tanta potencia en tu frontal.
Primer consejo que te vamos a dar: cómprate un frontal normal que
no te ocasione un sacrificio llevarlo encima, hoy en día hay muchas
marcas en el mercado que te ofrecen muy buena calidad a poco precio.
En segundo lugar: comprueba antes de hacer tus salidas a la montaña que la luz funciona de verdad, que va bien en todas sus
posiciones . No serás el primero ni el último en sacar el frontal y
darse cuenta que no tiene pilas o la luz no funciona. Hemos llevado
un pisapapeles de marca, pero nosotros seguimos a oscuras y sin ver
nada. A mi se me ha quedado cara de tonto alguna vez al sacarlo de la
maleta y ver que no me funcionaba, desde esas experiencias nosotros
siempre comprobamos los frontales antes de salir de casa.
En la misma línea que el argumento
anterior: tenemos que llevar siempre con nosotros pilas de repuesto,
para no quedarnos en la más absoluta oscuridad. Y sobre todo
llévalas a mano en la mochila, no es divertido andar sacando a
oscuras todo el material de tú mochila mientras vas en busca de esas
pequeñas pillinas.
Por último: decir que si se os moja el
frontal o le entra agua, lo mejor que podéis hacer es sacar las
pilas(cosa que tenéis que hacer siempre, mientras no se vaya a
utilizar durante un largo período de tiempo), abrir la tapa de atrás
y dejarlo encima de un papel que suelte el aguan de su interior. Lo decimos por
experiencia, a nosotros se nos estropeó un frontal porque en
una salida que hicimos al interior de una cueva (Cova des Coloms) nos entró agua en el interior (a pesar que ponía que
era sumergible a un metro de profundidad). El agua salobre (mezcla de agua salada y dulce que había en el interior de la cavidad) oxidó las
pilas en cuestión de horas. Al día siguiente cuando nos acordamos
de abrir el frontal solo servía para irse a la basura, aparte de
tener setas radioactivas dentro por la oxidación del metal y de las
pilas.
Sabemos que no hemos descubierto nada
nuevo, pero hemos hablado un poco sobre experiencias propias y algún que
otro consejillo que esperamos que os sea de utilidad.
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Y por supuesto, recordad siempre que hay que respetar la fauna y flora y llevaros toda vuestra basura (y si podéis algo más) para que el lugar siga siendo tan bonito como la primera vez que lo visteis.
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