miércoles, 21 de agosto de 2019

El arte de cagar en el monte. Qué debes y no debes hacer.

Nos hemos puesto a escribir este post porque consideramos que debemos tomar conciencia a la hora de hacer nuestras necesidades en el campo. Otro motivo de escribir está entrada, es porque hace poco saltaron las alarmas acerca de un posible cierre de un sector de escalada muy conocido en la isla de Mallorca por problemas de excrementos.

Las aguas se removieron porque una minoría de gente (o eso queremos creer) se va a cagar al lado, o detrás de la caseta de los funcionarios. Lugar en el que trabajan. Como comprenderéis, y nos imaginamos que lo hacéis, a esos operadores no les gusta encontrarse su lugar de trabajo lleno de pasteles. Es asqueroso visualmente, además de dejar un eua de Toilette que nadie quiere oler. Obviamente, está gente se ha quejado a la empresa y nos han dado el toque a los escaladores de la isla.

De manera que desde nuestro blog, hemos pensado, en ayudar a concienciar y dar una serie de pautas para volver a recuperar ese arte ancestral. "El arte de cagar en el monte". Y es que nadie está exento de la llamada de la madre naturaleza, y claro, normalmente en el lugar que practicamos nuestro deporte  no tenemos la suerte de tener un váter cerca.

Antes de empezar con las instrucciones pertinentes, queremos dar unos datos para empezar a tomar algo de conciencia.
El tiempo que tardan en descomponerse vuestros tronquitos en el campo es de mínimo un año, con el  papel higiénico hablamos de casi el doble. En el caso de támpax y compresas que llevan mas celulosa y materiales químicos es de 3 a 5 años. Sabiendo esto, piénsalo antes de tirar este tipo de residuos al campo.

Ha llegado el momento de que te pongamos en situación, y de aconsejarte que debes y no debes hacer cuando el perro asome el hocico. No lo podemos evitar, los escaladores entramos dentro de lo que vamos a denominar como el cagador "silvestre".

Para empezar, diremos que nuestro deporte nos ayuda a remover las vísceras, y claro, entre apretón y apretón, algún peillo se te escapa. Primeras señales de que algo más gordo va en camino, sólo es cuestión de tiempo que King Kong dé su rugido. Según un amigo, si te estás meando son buenas sensaciones, y si te estás cagando encadenas seguro, aprietas el doble. En fin..... ahí os lo dejamos.

Paso 1:  Encuentra tu santuario.

Ya no puedes evitarlo. Te estás jiñando. Ahora toca buscar tu remanso de paz, a llegado el momento de sacar el "cagador silvestre" que llevas dentro. Busca un lugar tranquilo y apartado. Recuerda que los excrementos humanos traen consigo enfermedades y parásitos. Y sí, los "tuyos" puede que también. Observa que durante tu búsqueda del lugar ideal donde dejar la semilla, no sea una ladera por la que corra el agua, curso fluvial o una zona inundable. No queremos que el velero termine surcando los mares. Lo sabemos, es difícil pensar en todo mientras aprietas el culo para que no se escape el monstruo. Reflexiona también, el lugar que crees que es perfecto para ti, ha podido ser ese maravilloso lugar para otros. Sin darte cuenta puedes terminar metido en un campo de minas. Agudiza la vista para no encontrarte rodeado de  regalos sin envoltorio cerca de tus pies.

Paso 2:  Cavando la zanja.

Hay quien cuando caga no hace un agujero porque tiene la firme convicción de que su chorizo es abono  de primera calidad para el campo, y que gracias a ellos, tras haber dejado su semilla, surgirá una nueva forma de vida. La realidad es que tu arbolillo es nocivo, y estás agravando un problema ecológico desconocido para  muchos por falta de información o de interés.
Cava un agujero de unos 20cm con la ayuda de un palo o una piedra. También existe la posibilidad de llevar una pequeña pala como la que se utiliza en jardinería, no ocupa ni abulta mucho en el equipo.

Paso 3: Liberando a Willy.

Está es la parte divertida del asunto. Una vez escogido el lugar y echo el agujero viene la hora de tomar posiciones. La postura idónea es en posición de squat (Mítica posición del caganer del Belén). Clavas talones a ambos lados del hoyo, un poco adelantados, pero no demasiado (procura no desequilibrarte y terminar cayendo encima de tu propio huevo). A continuación, posicionaremos el ojete cual mirilla de un bombardero antes de soltar su carga letal encima del agujero que acabamos de cavar. Si todo sale perfecto, liberaremos a Willy limpiamente. 

Paso 4: Usa papel y bolsa.

Con suerte habrás echo un perfect y tú soldadito no habrá dejado huella de su presencia por el camino. Si no has corrido esa suerte, límpiate hasta no dejar rastro. Si eres de culo fino, usa toallitas. Entonces, ¿La bolsa para qué? La bolsa amiga/o mío es para mantener los papeles con los que te has limpiado alejados del bosque. El papel no se queda enterrado, eso se va contigo.

Paso 5: Enterrar el cadáver.

En más de una ocasión hemos visto que la gente se ha dedicado a construir dolmenes encima de su mierda, como si de lugares de culto se tratase. Acto seguido, cogen otra piedra y ponen el papel higiénico debajo. Es una construcción megalítica maravillosa, pero visualmente es asqueroso y nada ecológico. 

Cuándo terminemos nuestro acto defecatorio volveremos a echar tierra sobre el cadáver de nuestra Nutria. De esta manera contribuiremos a su descomposición y por ende, mantener el monte limpio y sin ningún rastro humano a la vista. 

Queremos terminar este post redactando las palabras de un grande de nuestra literatura como es Quevedo.

De los placeres sin pecar
el más dulce es el cagar
con un periódico extendido
y un cigarrillo encendido
queda el culo complacido
y la mierda en su lugar.

Ya solo nos queda deciros que si os ha gustado nuestro blog, lo recomendéis.
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Y por supuesto, recordad siempre que hay que respetar la fauna y flora y llevaros toda vuestra basura (y si podéis algo más) para que el lugar siga siendo tan bonito como la primera vez que lo visteis.

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